12.23.2010

Ay, yo no olvido del año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…

Este año 2010 pasará a mis archivos mentales como un año exitoso, pero no por los pequeños y resaltantes logros como las cancelaciones de fiestas taurinas en La Guaira y El Hatillo, sino por el evidente crecimiento de la participación ciudadana en la causa antitaurina.

Haciendo retrospectiva a poco menos de 5 años, el comentario común que recibía por la causa antitaurina era algo así como “esa vaina de las corridas es bien difícil que las quiten”, y me daban una palmadita en la espalda como diciendo “échale bolas, aunque sé que es en vano”.Hoy en día, no sólo lo ven como algo posible, sino que ahora quieren participar con más fuerza.

Vecinos, profesionales, estudiantes y hasta figuras públicas como artistas, comunicadores y hasta políticos han “salido del closet” y se han adherido a la causa antitaurina.

Antes los taurinos argumentaban que “la fiesta brava” había que preservarla porque era popular y a la mayoría de la gente le gustaba, hoy dicen que hay que mantenerla por libertad de expresión y respeto a Las Minorías.

Comenzaremos el 2011 con el mismo reto de todos los años, la Feria Internacional de San Sebastián y probablemente lo cerraremos con “La Feria Internacional de La Chinita”, y aunque pareciera que estamos en más de lo mismo, no lo es. Por citar estos dos ejemplos (simplemente porque uno es enero y el otro noviembre) les comento este par de anécdotas.

En San Cristóbal, el movimiento antitaurino no sólo se ha intensificado, sino que ha traspasado las fronteras. Ahora el estado Táchira de Venezuela y el Norte de Santander en Colombia son un mismo núcleo de acción, y no porque las organizaciones antitoreo lo hayan planeado así, sino porque la misma gente está participando de lado y lado de la franja para conseguir los objetivos.

Y en Maracaibo, el mismísimo encargado de la seguridad de la plaza durante las corridas expresó que año a año ve como los “antis” se duplican en número y que está clarísimo que eliminarán las corridas. A esto tenemos que sumar que ya hay personajes de la Iglesia Católica que han propuesto suprimir los eventos taurinos del cronograma de festividades patronales.

Claro, hay que sumar a esto los trabajos de activistas en Mérida, Carabobo, Aragua, Trujillo, y por supuesto Caracas, porque la defensa del Nuevo Circo como centro antitaurino es esencial para proyectarnos. No podemos dejar que los taurómacos profanen, blasfemen o irrumpan con el maravilloso trabajo comunitario y de expresión cultural que allí se realiza.

¡Que vivan los toros! ¡PERO VIVOS!

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