DONOSTIA-. La Aste Nagusia donostiarra vivió ayer una nueva jornada reivindicativa, en esta ocasión por la marcha convocada por la plataforma Donostia Antitaurina Orain!, que salió a las calles del centro de la ciudad para evidenciar su rechazo a la feria taurina, este año no incluida en el programa oficial de fiestas, y a la tauromaquia en general.
Durante la marcha, que partió a las 19.00 horas desde el Boulevard donostiarra, los asistentes reivindicaron la toma en consideración de un manifiesto elaborado por las agrupaciones ecologistas y animalistas presentes en la citada plaforma.
Entre dichas reclamaciones destaca la petición de una consulta popular vinculante, que determine si Donostia se debe convertir, o no, en una ciudad antitaurina. Un título que ya ostenta Barcelona, según recordaron los responsables de la plataforma.
A su vez, en el manifiesto los integrantes de la agrupación Donostia Antitaurina muestran su rechazo a los «vínculos de violencia» entre animales y personas basados en el disfrute a costa del sufrimiento ajeno. Un dolor que no tiene que proceder exclusivamente de los actos taurinos.
Además, para los miembros de la plataforma, entre los que figura Askekintza, no debe ser de recibo que la futura Capital Cultural Europea 2016 continúe explotando un modelo de ocio que lleva «insertada» la violencia hacia los animales en sus fiestas patronales.
Al menos la petición de acabar con la tauromaquia parece tener una puerta abierta en la futura comisión de fiestas del Consistorio donostiarra. Una mesa propuesta por el alcalde, Juan Karlos Izagirre, que tiene por objeto abrir la organización de la Aste Nagusia a las diferentes solicitudes vecinales.
En cuanto a la opinión del primer edil de la capital guipuzcoana respecto a la feria taurina y a la tauromaquia, Izagirre ya explicó anteayer que él no era «nada» partidario de la celebración de este tipo de actos. Sin embargo, el alcalde precisó datos como que hay abonos vendidos hasta 2012.
Polémica en Lakua
La marcha antitaurina, que se ha celebrado durante los últimos quince años, ha estado envuelta de otra polémica desde que Lakua tratará de modificar el recorrido de la misma.
En opinión del Ejecutivo de López, la marcha impedía el normal desarrollo de las fiestas de Aste Nagusia donostiarra. Una excusa ya utilizada por el Departamento de Interior en Gasteiz, donde Ares trató de impedir la celebración de una manifestación utilizando el mismo motivo, y que llevó a la práctica el sábado al modificar la salida de la movilización convocada por el movimiento Eleak.
Desde la plataforma defendieron el recorrido habitual de la marcha, que parte y termina el el Boulevard. «En los quince años, nunca haya habido ningún problema», afirmaron las agrupaciones convocantes.
Esta posición fue comprendida por el TSJPV, quien aceptó la interposición de un recurso por parte de la plataforma, y falló en favor de la misma, echando por tierra las excusas y objeciones presentadas por el Gobierno autonómico.
Además, el Ejecutivo de López tendrá que lidiar con iniciativas similares en la Aste Nagusia de Bilbo, donde está previsto que se celebren hasta tres manifestaciones. Las marchas que tendrán lugar los días 21, 26 y 27 de agosto han sido convocadas por el Colectivo Antitaurino Animalista de Bizkaia (CAAB).
El objetivo, según han precisado, es denunciar que «ante la tortura, ante la barbarie, con indignarse no basta». «Hay que terminar con la sanguinaria tradición», destacó CAAB en la presentación de los actos.
Donostia levanta la espada de la abolición
La Aste Nagusia donostiarra de este año presenta una significativa novedad: por primera vez, las corridas de toros no se celebran dentro del programa festivo. Un paso pequeño pero de gran significado, una decisión portadora de esperanza para todos aquellos que trabajan por unas fiestas que no transmitan valores basados en el sufrimiento de nadie, donde la barbarie y la tortura para el entretenimiento no tengan cabida. Donostia fue ayer escenario, como los últimos quince años, de una importante movilización ciudadana abolicionista. Hicieron un llamamiento para que el próximo año haya una declaración oficial de ciudad antitaurina y, para ello, plantearon una vía escrupulosamente democrática, sensata y de sentido común: preguntar a los y las donostiarras, y respetar y hacer respetar su voluntad.
Esta iniciativa ciudadana llega justo después de que el Gobierno español haya reconocido a las corridas de toros como disciplina artística y producto cultural. Y, consecuentemente, haya asignado al Ministerio de Cultura la responsabilidad de protegerlas y desarrollarlas. Un sinsentido que retrotrae la cultura a la Edad Media. Sólo defendible desde una visión que encuentra en las corridas el símbolo de la «marca España», que las defiende como patrimonio cultural que da forma a la identidad nacional española. Una razón de más, a sumar a las ya de por sí poderosas razones culturales y de derechos de los animales, para hacer que la propuesta de la plataforma Donostia Antitaurina Orain! vaya madurando, ganando en amplitud e impacto y pueda materializarse.
El escaparate de Donostia como capital cultural europea ofrece nuevas oportunidades a este debate. No puede ni debe permitirse que el sufrimiento animal sea compatible con el mensaje que se quiere transmitir, en definitiva, que la cultura se equipare con un acto de tortura. Por otra parte, las corridas no subsistirían en Donostia si no fueran subsidiadas con dinero público, si empresarios como los hermanos Chopera, que hacen uso de Illunbe, no hubieran recibido 21 millones de euros para hacer frente a sus deudas. Cortar ese grifo se antoja también necesario para que las corridas de toros no puedan ser salvadas de la espada de la abolición.
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