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Daniel G. Sastre, El Mundo
El debate sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña seguirá adelante después de que el Parlament catalán haya dado luz verde a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que, apoyada por 180.000 firmas, así lo reclamaba.
Los grupo parlamentarios del PSC, PP y C's presentaron enmiendas al proyecto original y que hoy, en votación secreta, sólo lograron el apoyo de 59 diputados, mientras que una mayoría de 67 diputados aprobó la propuesta de discutir la ILP tal como fue presentada. 5 diputados se abstuvieron de votar.
Con un hemiciclo repleto de periodistas extranjeros, detractores y seguidores de las corridas, los grupos parlamentarios han decidido, así , seguir adelante con un debate que podría finalizar con el destierro para siempre de la 'Fiesta' de tierras catalanas.
La jornada, que daba comienzo a las 9.00, ha permitido escuchar los argumentos de la plataforma Prou!, promotora de la ILP, y que ha esbozado en su argumentario que las corridas son un "maltrato evitable" y "una tortura".
Anna Mulà, portavoz de Prou!, ha evitado reducir el debate a un enfrentamiento entre Cataluña y España, aunque no ha dudado en recordar que la Plaza Monumental de Barcelona únicamente luce el cartel de 'no hay localidades' cuando torea José Tomás por el apoyo de un público que, en su mayoría, según Mulà, "no es catalán".
La activista antitaurina ha apuntado, además, que las corridas "no encajan en los valores de la sociedad del siglo XXI".
En sentido contrario se ha situado David Pérez, diputado del PSC, quien en nombre de su formación política ha vinculado la 'Fiesta' "a la libertad" de permitir que "cada uno haga lo que quiera".
El portavoz del PSC, cuya dirección ha dado libertad de voto a sus diputados en una decisión que puede ser clave para el sentido de la votación final, ha llegado a asegurar que defender las corridas de toros "es tan catalán" como ser amante de los 'Castellers'.
Albert Rivera (C's), representante del Grupo Mixto, ha optado, por su parte, por centrar su discurso en criticar una prohibición "innecesaria" y un debate "hipócrita". Según ha apuntado, la pérdida de público en las corridas en los últimos años constata que, si la tradición debe desaparecer, "lo hará por sí misma" sin necesidad de legislar su porvenir.
Primer paso hacia el veto
La aprobación de la ILP no supone la prohibición instantánea de la lidia. Si la ILP supera las enmiendas a la totalidad y prospera, como todo apunta, pasará a ser debatida y redactada en comisión parlamentaria. Lo único que la diferenciará entonces de una ley surgida del Parlament es que los impulsores -en este caso, la plataforma Prou!- podrán participar en el proceso de elaboración de la norma. Además, tendrán la potestad de retirar la norma antes de que se presente a votación si consideran que, tras este proceso, está desnaturalizada. Una vez lista, se debatirá en pleno. Según fuentes parlamentarias, si todo sigue su curso, podría estar aprobado en marzo o abril del próximo 2010.
El objetivo de la ILP es modificar la Ley de protección de animales vigente. En esa norma, queda prohibido el uso de animales en "peleas y espectáculos" si se les ocasiona sufrimiento de "tratamientos antinaturales", pero tiene dos excepciones en las que estos supuestos sí están permitidos: las corridas de toros y los 'correbous'.
Los votos 'libres' de PSC y CiU, decisivos
La ILP, que llegó al Parlament con el aval de 180.000 firmas -130.000 más de las necesarias- cuenta con el previsible apoyo de ICV-EUiA y ERC, que suman 33 diputados. En contra, PP y Grupo Mixto, que suman por su parte otros 17. Para que se tramite, necesita mayoría absoluta. Es decir, 68 de los 135 votos posibles.
CiU y el PSC decidieron dar libertad de voto a sus diputados en esta ocasión. Si 35 de los 85 diputados que suman ambas formaciones deciden apoyar la tramitación, ésta saldrá adelante.
La libertad de voto no es una de las únicas 'rarezas' de esta votación. La elección de los diputados también será secreta. No sólo por el sistema -a través del voto electrónico desde sus escaños-, sino porque el resultado no aparecerá en el marcador iluminado del hemiciclo -el que identifica a cada diputado con el color de su voto-. El resultado aparecerá en número: a favor, en contra y abstenciones; todos ellos sin dueño.