Con profundo dolor en el corazón, leo en el periódico que un capítulo de la serie infantil Vipo el perro volador que se ve que trataba el tema de los toros ha sulfurado los seguidores de la fiesta nacional, porque "presenta el arte de la tauromaquia como un rito violento y sanguinario ". Quien dice esto es Eduardo Martín Penat, de una asociación llamada Mesa del Toro, que dice que está dolido por el hecho de que "desde TVE se lance este mensaje que hace tanto daño, en lugar de acercar los niños al mundo de los toros, desde su vertiente cultural, económico y ecologista ".
Cuando en la tele hay un debate entre taurinos y antitaurinos me voy corriendo al bar más cercano (siempre que el bar más cercano no haya una discusión sobre fumadores y no fumadores). Pero entiendo muy bien que los taurinos encuentren bonita su fiesta. Y me parece normal que quieran acercar la fiesta a los niños. A mí me gusta el fútbol y también quiero acercar el espectáculo a mi hija (también desde la vertiente cultural, económico y ecologista, se entiende). Ahora bien. Los de la Mesa del Toro no se pueden enfadar porque se diga que el espectáculo es violento y sanguinario. Que salga sangre (preferiblemente del toro) y haya violencia es la gracia que tienen las corridas. Si no quieren que el espectáculo parezca violento y sanguinario deben reconvertirlo en lo que fui a ver en la Monumental: era un show especialmente preparado para los del Rotary Club. Salían unos señores con unos cuernos, que hacían de toro, y unos señores con unos capotes, que hacían de torero. Y los del Rotary gritaban: "Oooole". (Después también salió el Màgic Andreu con una moto y también dijeron "Ooole".)
Si los taurinos enseñan a sus hijos el noble arte de Paquirri y los hijos les preguntan "Papá, ¿por qué le sale sangre al toro?", No sé qué respuesta cultural, económica y ecologista les darán por no decir que es porque le están clavando una banderilla.
Noticia publicada en el diario AVUI, página 48. Miércoles, 24 de febrero de 2010
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