Unas 20.000 personas calculadas según la superficie del recorrido de la manifestación 6.000 metros cuadrados y una densidad de 3 personas por metro cuadrado. Cuando el grueso de la manifestación ya estaba en Puerta del Sol, todavía había asistentes saliendo del punto de inicio de la comitiva en Plaza de la Villa. Autobuses llegados desde Barcelona, Bilbao, La Rioja, Valencia reflejan la pluralidad de la protesta.
Durante la marcha, a la que han asistido miembros de diversas asociaciones animalistas y representantes del mundo de la literatura, el cine y la música, así como defensores de los animales procedentes de otras ciudades españolas, los manifestantes han coreado el lema “La tortura no es cultura”, una frase que a su entender comparte la mayor parte de la sociedad, que no se identifica con la mal llamada fiesta de los toros. Los antitaurinos han defendido que se promocionen y se subvencionen económicamente las manifestaciones artísticas y culturales que realmente enriquecen a la sociedad, frente a la que consideran una tradición denostada y bárbara: la muerte lenta y dolorosa de un toro que previamente ha sido debilitado física y psíquicamente.
A la llegada de la comitiva, que partió a las 12 de la mañana de la plaza de la Villa, a la Puerta del Sol, algunos de los numerosos artistas e intelectuales que se han adherido al manifiesto han leído un decálogo sobre algunos de los falsos mitos que alegan los taurinos como excusa para continuar con este rito macabro. Así, el veterinario y comunicador Carlos Rodríguez, el periodista Ignacio Escolar, la cantante Idaira, la actriz Isabel Pisano y las escritoras Ruth Toledano y Eugenia Rico han refutado pretextos como que el toro no sufre o que si acabara la tauromaquia se extinguiría una especie. “El toro de lidia no es realmente una especie, sino un animal con determinadas características genéticas, que tiene un sistema nervioso exactamente igual que el de los humanos y por tanto padece dolor como nosotros”, han explicado.
También han leído un manifiesto en el que han pedido a las autoridades regionales que retiren esta propuesta. “Lamentamos que ciertos representantes políticos en Madrid, Murcia o Valencia se hayan dejado llevar por un oportunismo que casa mal con su deber de velar por el bien común”, han señalado. Además, han incidido en que no debe “apoyar prácticas sociales que legitiman la violencia. Semejante escuela de brutalidad nunca debería ser considerada Bien de Interés Cultural”.
http://www.latorturanoescultura.org/
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