Ahora resulta que las asociaciones protectoras de animales son las organizaciones más poderosas del país. Porque según los cronistas taurinos de los diarios de oposición el Estado las mantiene y según los cronistas de los diarios oficialistas reciben dinero de los grupos económicos adversarios al proceso. ¡Qué paradoja!
Si esto fuera cierto, ténganlo por seguro que habría refugios ambientales y centros de atención al animal en cada rincón del país, existirían más mesas informativas sobre la protección ambiental en las escuelas, habría un gran número de emisiones institucionales en las televisoras sobre el tema, tendríamos miles de micros radiales, millones de folletos y los activistas estarían remunerados.
Pero todos saben que no es así. Y si ustedes tuvieran un poquito de sentido común no dirían semejante barbaridad, simplemente porque quienes salen en prensa son Ustedes, quienes tienen programas especiales en TV son Ustedes, quienes producen eventos mil millonarios son Ustedes.
A nosotros, quienes con el poco dinero que podemos sustraer de nuestros respectivos ingresos laborales hacemos nuestro trabajo y el espacio que ganamos es gracias a que cada día se suma más gente a esta lucha, no se nos ve transitando es esos lujosos vehículos con que se ven a los taurinos, ni con esas prendas costosísimas que usan, ni vivimos en esas quintas y mansiones ubicadas en las urbanizaciones más selectas, o ninguna de esas cosas que ustedes poseen y que NO NECESITAMOS. Por Dios, ¿a quién quieren engañar?
Tampoco utilicen estas líneas para decir que se escribieron para buscar lástima o comprensión de la opinión pública. Ustedes saben muy bien que no buscamos eso, sino que los venezolanos conozcan nuestros argumentos. No queremos parecer ante los venezolanos como los niños pobres enfrentándose a los ricos malvados. Si vamos a debatir que sea con las verdades por delante. Si consideran que decimos mentiras pues desmiéntanlas con hechos y demostraciones. Si van a descalificar a nuestras organizaciones, entonces que sea con pruebas y no con chismes infundados y mal intencionados.
Otro punto que Ustedes tocan hasta el cansancio es que escritores y artistas laureados eran taurómacos.
Del escritor Ernest Hemingway (los taurinos siempre hablan de él no lo han leído) quien llega a España por primera vez en 1923 para ver una corrida de toros y de aquella ocasión escribe una crónica que será publicada en el semanario Toronto Star, y en ella dice "Tampoco voy a hacer una apología de la fiesta de los toros. Es una supervivencia de la época del Circo romano, pero es necesario explicar una cuestión: la tauromaquia no es un deporte -nunca lo fue- sino una tragedia: la gran tragedia de la muerte del toro que se representa en tres actos".
Un artista puede tomar por tema la peor aberración humana y convertirlo en su obra, pero ello no implica que el tema sea necesariamente bueno. Lorca, Hemingway, Goya y Piccaso, empobrecería su obra sin las corridas.
Pero si quieren hablar de arte y literatura específicamente pues le hablamos de Ramón y Cajal: “Una cornada en el corazón mata al caballo, una estocada en la misma víscera derriba al toro, que a su vez, en derrote desesperado y vengador, abre al lidiador el pericardio. Puestos que todos poseen un corazón y un sistema nervioso complicado ¿concederemos alma a los tres o a uno sólo? Y si nos decidimos por la última disyuntiva ¿se la otorgaremos al caballo inocente, al toro feroz o al hombre rudo que en vez de cultivar la tierra, tiene por oficio destruir los animales que ayudan a labrarla? ¿Quién es menos bruto de los tres y el más digno de la inmortalidad del espíritu? Para mí la cuestión no ofrece la menor duda; el caballo”.
O de Lope de Vega quien en un poema dice:
“¡Fiesta mortal! A tu inventor primero
maldiga el cielo con su mano eterna
Mala, con toro manso; buena, fiero que mata,
Hiere, pisa y desgobierna.
La fiesta es ver morir bárbaro y fiero
Contra la condición humana y tierna,
Los que no os hacen mal, ni mal os quieren.
¡Bárbaros Españoles, inhumanos!
Más crueles que idólatras y escitas,
Que entre la religión de los cristianos,
Leyes fieras tenéis con sangre escritas.
¡Volved los ojos, si lo son de humanos,
con lágrimas y voces infinitas,
a questa imagen de dolor y miedo
del mísero don Diego de Toledo.”
Y por último, y tal vez el más insólito de todos, La Tradición. La tauromaquia en Venezuela (dicho por ustedes mismos) la introduce el Benemérito Juan Vicente Gómez y su hermano Juancho Gómez. Qué casualidad que quien se instaló totalitariamente en el poder por 27 años e instauró un sistema de terror, tortura y crueldad en Venezuela también trajo la “tradicional fiesta brava”.
Quiero dejar para el cierre, el agradecerles enorme y sinceramente por tantas cosas a Ustedes los taurinos, en especial por sus argumentos (que más bien parecen nuestros) y porque este proyecto de ley que llevamos a la Asamblea Nacional se ha conocido más por la publicidad que le han hecho ustedes (que es mucho mayor a la nuestra). Muchísimas Gracias.
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