Un agente de la policía de Valencia despegó los afiches de las paredes, los rompió y seguidamente decomisó todo el material de los activistas.
AN Venezuela
11 de Noviembre del 2007, 09:27 hrs.
El pasado sábado 10 de noviembre se abrió oficialmente la Feria Internacional de Nuestra Señora del Socorro, en la ciudad de Valencia en estado Carabobo. El alcalde de la ciudad, Francisco "Paco" Cabrera, reconocido fanático a la tauromaquia, ha impulsado una serie de corridas para "celebrar" las fiestas de la localidad, y darle a sus contribuyentes un espectáculo "familiar".
Un despliegue de seguridad sin precedentes rodeó las instalaciones del Complejo Ferial, y en especial, la Plaza de toros Monumental. Pero dentro de ésta, unos 30 jóvenes alzaron pancartas y afiches contra el toreo, y esto motivó la reacción policial y de seguridad de la plaza.
Los representantes del evento taurino argumentaron que los activistas no podían estar dentro del recinto, que si bien tenían derecho a protestar sólo podrían hacerlo desde las afueras de la plaza, ya que sólo se permite entrada a personas con ticket o credencial por ser un evento privado. La respuesta al dictamen de los productores no se hizo esperar: los manifestantes dijeron que la policía no tenía credencial, que era un evento privado y por tanto tampoco podían estar allí. Y así fueron desalojados de la plaza tanto fuerza policial como manifestantes.
Algunos "representantes de la ley" sintieron molestia por la medida y eso fue el detonante para roces posteriores en el transcurso de la tarde. Al parecer estos agentes son fanático taurinos y querían estar lo más cerca posible de la corrida. Paradójicamente, el personal de seguridad contratado (quienes sí tienen credencial de entrada y deben quedarse allí) aborrecen los espectáculos de tortura y estaban abiertamente a favor de la protesta, pero su trabajo era precisamente evitarla.
La protesta siguió pacíficamente desde las rejas de entrada a la plaza. Gritos, consignas, canciones y hasta coplas se les cantaban a los asistentes, buscando que no entrasen a la corrida, o en su defecto buscar que cuando la vean recuerden el mensaje para que reflexionen.
Dos activistas se colocaron banderillas en su espalda e hicieron la representación de toros agonizantes con carteles que rezaban "Ponte en la piel del toro". Una activista vestida de Nuestra Señora del Socorro con un cartel que exclamaba "No más sangre en mi nombre" se desplazaba por los alrededores del recinto taurino.
Pasadas unas 2 horas después del primer incidente, apareció en motocicleta el comisario de la policía encargado de comandar las acciones, con porte de mando y amenazador señaló a sus subalternos diciendo en muy alta voz "No quiero a esta gente aquí", procediendo de inmediato a retirarse dando su orden por cumplida.
Inmediatamente uno de los agentes (quien ya había mostrado su molestia por no estar en la plaza) despegó los afiches de las paredes, los rompió y seguidamente decomisó todo el material de los activistas, exaltando aún más los ánimos de los jóvenes protestantes.
Representantes de los grupos antitaurinos (AnimaNaturalis, MatarNoEsArte y EsHoraDeCambiar) y estudiantes de la Universidad de Carabobo se organizaron para discutir con el encargado de la seguridad en el recinto, el inspector García de la Policía de Valencia. Sus argumentos para estar allí estaban basados en el derecho constitucional que tiene todo venezolano a protestar cívicamente sin interrumpir el libre tránsito.
Al final de la discusión se les devolvió el material a los activistas y éstos accedieron a replegarse 5 metros más atrás.
Todo se desarrollaba normalmente hasta la llegada de una camión militar con unos 40 efectivos de la fuerza armada, quienes al ver tanto alboroto tomaron la decisión de acercarse para controlar la situación. Pero al ver el civismo de los grupos sólo dejaron 4 efectivos para mantener el orden.
Las acciones terminaron cuando la corrida ya tenía 30 minutos de comenzada y ya no había movimiento de entrada al recinto. Los manifestantes se retiraron en paz y al final hubo intercambio cordial con algunos agentes policiales, incluso se fotografiaban entre ellos.
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