La localidad celebra el 'Dia del Bou' el próximo mes de diciembre
"El arte y la cultura buena jamás provocan el sufrimiento y la muerte de un ser vivo". Así narra uno de los párrafos que ha distribuido el boletín parroquial de las poblaciones de Faura y de Benifairó de les Valls en el mes de noviembre. Escrito por el párroco de ambas iglesias, José Martínez Rondán, condena y critica durante un extenso artículo que ocupa dos páginas la práctica de los festejos taurinos, así como de los bous al carrer.
Bajo el título Lágrimas de toro y encabezado por una foto de un toro con una estaca, los vecinos de la población ya han mostrado sus opiniones sobre este texto que no deja indiferente a nadie. Mientras unos se muestran a favor de las opiniones declaradas y secundan las argumentaciones del cura por considerar estas fiestas como "anacrónicas"; otros señalan que son "cosas de Don José" y aseguran que es "un protector de los animales. Si encuentra alguno abandonado lo acoge y si los pájaros revolotean por la iglesia, no los tira". Los menos comprometidos apuntan que se trata de "una tradición de toda la vida que es difícil suprimir".
Por este motivo, las líneas del escrito muestran su lado más sensible hacia las reses y a su vez, el lado más severo contra aquellos que les causan el sufrimiento y, por lo tanto, contra quienes se retractan. "¿Es que no os mueve la compasión mirar al toro con una espada clavada en los pulmones, reventadas sus arterias, ahogándose en la sangre, cómo nos mira, qué nos está diciendo con sus ojos a los inteligentes?", exclama el cura en su texto.
José Martínez Rondán, conocido y querido en ambos municipios de la subcomarca de Les Valls desde hace 30 años, hace un llamamiento desde la hoja parroquial a todos los feligreses para denunciar este tipo de "crueldades" y "no permanecer en silencio".
Asimismo, el eclesiástico tacha de "hipócritas" a quienes permiten este tipo de atrocidades y aplauden esta clase de espectáculos, considerándolos parte de la cultura popular.
Olés a la muerte
"¡Nadie dice nada! Unos por ignorantes, otros por inconscientes, otros por miedo a perder posiciones, otros por demasiados listos, y los toros sufriendo, bramando en sus entrañas por el fuego de su misma sangre llameante en sus espaldas, al grito de olés a la muerte y matando. Ya lo decía Einstein: peor que las crueldades e injusticias de este mundo, es el silencio de aquellos que las ven", critica el párroco.
Justamente cuando se ha abierto la polémica, la localidad se encuentra a pocos días de celebrar la tradicional Feria de Faura, en la que se realizan varios festejos taurinos. Y eso no es todo porque cuenta con una larga costumbre a sus espaldas en la organización de bous al carrer, ya que durante las fiestas estivales se sacrifica una res para repartir y vender su carne entre los vecinos. La polémica está servida y salta a las calles de la población porque justo una de las figuras principales de la localidad sentencia estos actos.
Bajo el título Lágrimas de toro y encabezado por una foto de un toro con una estaca, los vecinos de la población ya han mostrado sus opiniones sobre este texto que no deja indiferente a nadie. Mientras unos se muestran a favor de las opiniones declaradas y secundan las argumentaciones del cura por considerar estas fiestas como "anacrónicas"; otros señalan que son "cosas de Don José" y aseguran que es "un protector de los animales. Si encuentra alguno abandonado lo acoge y si los pájaros revolotean por la iglesia, no los tira". Los menos comprometidos apuntan que se trata de "una tradición de toda la vida que es difícil suprimir".
Por este motivo, las líneas del escrito muestran su lado más sensible hacia las reses y a su vez, el lado más severo contra aquellos que les causan el sufrimiento y, por lo tanto, contra quienes se retractan. "¿Es que no os mueve la compasión mirar al toro con una espada clavada en los pulmones, reventadas sus arterias, ahogándose en la sangre, cómo nos mira, qué nos está diciendo con sus ojos a los inteligentes?", exclama el cura en su texto.
José Martínez Rondán, conocido y querido en ambos municipios de la subcomarca de Les Valls desde hace 30 años, hace un llamamiento desde la hoja parroquial a todos los feligreses para denunciar este tipo de "crueldades" y "no permanecer en silencio".
Asimismo, el eclesiástico tacha de "hipócritas" a quienes permiten este tipo de atrocidades y aplauden esta clase de espectáculos, considerándolos parte de la cultura popular.
Olés a la muerte
"¡Nadie dice nada! Unos por ignorantes, otros por inconscientes, otros por miedo a perder posiciones, otros por demasiados listos, y los toros sufriendo, bramando en sus entrañas por el fuego de su misma sangre llameante en sus espaldas, al grito de olés a la muerte y matando. Ya lo decía Einstein: peor que las crueldades e injusticias de este mundo, es el silencio de aquellos que las ven", critica el párroco.
Justamente cuando se ha abierto la polémica, la localidad se encuentra a pocos días de celebrar la tradicional Feria de Faura, en la que se realizan varios festejos taurinos. Y eso no es todo porque cuenta con una larga costumbre a sus espaldas en la organización de bous al carrer, ya que durante las fiestas estivales se sacrifica una res para repartir y vender su carne entre los vecinos. La polémica está servida y salta a las calles de la población porque justo una de las figuras principales de la localidad sentencia estos actos.
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