Si bien la noticia de la declaración resulta sorpresiva para la comunidad antitaurina internacional, para los venezolanos es sólo la culminación de una campaña constante que siempre buscó la oficialidad del rechazo de los caraqueños a los espectáculos taurómacos.
Caracas cuenta con una plaza de toros, el Nuevo Circo, ubicada en la parroquia San Agustín, que dicho sea de paso es el centro cultural y artístico de la ciudad.
Recordemos que desde el año 2005, asociaciones de protección animal y grupos culturales capitalinos engendraron una alianza cuya finalidad era erradicar las corridas de toros y convertir la plaza en un centro para divulgación de expresiones populares sin crueldad.
Esta alianza fue obteniendo logros paulatinos y para el momento del anuncio de la declaración ya estaba consolidada la meta propuesta.
Todo se hizo en el momento justo, y como guinda del pastel la solicitud vino de la boca de un ciudadano común (Nicolás Álvarez), quien no pertenece a ningún grupo abolicionista, ni tiene vínculos de ningún tipo con los manifestantes precursores.
Puede que por la mente de alguien pase la interrogante de si esta declaración es realmente importante, ya que en Caracas no hay toreo desde hace mucho tiempo, y a quienes tengan esa incertidumbre servimos a responder que efectivamente sí lo es.
Caracas dio un ejemplo mundial, es la primera capital nacional en declararse antitaurina y esto ocurre en el pleno ascenso del movimiento. Su declaración resulta más que inspiradora para que otros municipios y países se unan a la causa de los derechos animales. Además se adelanta a la discusión de la Ley de Protección Animal, que pretende la abolición en todo el territorio venezolano y que sirve así de antecedente para los diputados que tomen cartas en el asinto.
Ahora más que nunca, la letra de nuestro himno nacional cobra vigencia: "...seguid el ejemplo que Caracas dio".
Las corridas de toros en la capital de Venezuela
El cronista Carlos Salas, en su libro “La Fiesta Brava en Caracas”, afirma que las fiestas con toros datan prácticamente desde su fundación por Diego De Losada. El tirano montó un espectáculo taurino en lo que es hoy la ciudad de Nirgua. Durante los primeros años del valle hispanizado, se estableció una fiesta de toros al que se le llamaba Juegos de Cañas (show muy al estilo de Felipe IV)
Pero no es sino hasta el 5 de octubre de 1775 cuando son oficializadas, ese año se autoriza en Real Cédula por el cabildo de Caracas.
Durante el siglo XVII se celebraban corridas improvisadas en la plaza Mayor, hoy plaza Bolívar, y en la centuria siguiente existieron diversos circos de madera, montados especialmente para las ferias taurinas.
En 1896 se inauguró el circo Metropolitano que sirvió de coso de toreo hasta el 26 de enero de 1919 cuando es inaugurada por el presidente Juan Vicente Gómez y su hermano “juancho” (gobernador del Distrito Capital), la plaza de toros Nuevo Circo.
Durante muchos años el Nuevo Circo fue el principal centro de espectáculos de la capital venezolana, llegando a funcionar simultáneamente como teatro y cinematógrafo, y dando cabida a la práctica del boxeo y la lucha libre, además de los toros.
El Círculo de Periodistas Deportivos de Venezuela, fue en gran parte el gran benefactor de medios para las corridas en Caracas, pero eso no impidió que progresivamente el pueblo caraqueño despertara y rechazara estos espectáculos violentos.
La desidia por parte del gremio taurino, producida por los bajos ingresos de taquilla y la reducción de subvención de la alcaldía de Caracas, deja al Nuevo Circo en un estado deplorable, casi en ruinas, siendo cerrado definitivamente por sus dueños en 1997, abandonando así toda intención de realizar corridas de toros en sus instalaciones.
Hubo un intento de impulsar espectáculos taurinos en el Poliedro de Caracas, pero fue un rotundo fracaso comercial y desde entonces no se sacrificó un toro más en arena taurina en la Capital.
A partir de 2005 el Cabildo Metropolitano inicia un proceso de expropiación y pago de compensaciones para convertir a la edificación como patrimonio cultural y se elabora un proyecto restauración por parte de la Alcaldía mayor para recuperar la fachada original con miras a que el edificio sea un centro artístico y cultural.
Así nace el NÚCLEO ENDÓGENO DE DESARROLLO CULTURAL NUEVO CIRCO, donde se facilitan talleres de: Danza, teatro, música, artes audiovisuales y artes circenses para la comunidad, adicional se han desarrollado gran variedad de eventos donde convergen diversas propuestas escénicas y culturales de la ciudad de Caracas.
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