Ya con el primer animal, los presentes comenzaron a notar un comportamiento extraño en los novillos, como "caídas" fuera de lugar. Las crudas imágenes grabadas por el PACMA muestran caídas de los novillos, lentas agonías, toreros noveles descabellando hasta diez veces seguidas a los animales y novillos a la espera de su "arrastre" cuando aún estaban vivos.
Los antitaurinos han presentado las imágenes a la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Taurimaquia (AVAT), que ha solicitado explicaciones a la Subdelegación de Gobierno y al Colegio de Veterinarios de Valladolid por el estado tan "sospechoso" de extrema debilidad de los primeros astados en un espectáculo tan "degradante".
La asociación también ha hecho llegar al Colegio de Veterinarios de Valladolid un informe en el que se asevera que sospechan "que estos animales o bien estaban bajo los efectos de algún fármaco que limitaba su motricidad o bien no se encontraban en buenas condiciones de salud".
La asociación, que presentará "las denuncias oportunas que esclarezcan estos sucesos", apunta en el informe la "desafortunada actuación de los subalternos encargados de colocar las banderillas, de los encargados de apuntillar a los novillos, así como la del matador del quinto novillo, animal al que sometió a cinco estocadas y diez descabellos", y solicitan un análisis antidopping de los novillos. "Los veterinarios no podemos tolerar que se den espectáculos tan degradantes", aseguran.
Amigos y familiares
El PACMA asegura que "del escaso centenar de espectadores que acudieron a la novillada, buena parte del aforo eran amigos o familiares de los aspirantes a torero", por lo que la tradicional "presión" que realiza el público, juzgando las acciones de los novilleros y toreros en esta ocasión era inexistente. Así, denuncian al propio Ayuntamiento de la ciudad por "ceder una plaza para novilleros noveles sin experiencia".
¿Novillos drogados?
La Asociación de Veterinarios asegura que los animales debían estar "drogados o en malas condiciones de salud", ya que la novillada era sin picadores, por lo que en esta ocasión no justifica las "numerosas caídas y falta de estabilidad de los animales". "Los novillos deberían haber sido devueltos y se debería haber levantado el acta veterinaria oportuna, que diera paso a las investigaciones pertinentes sobre el estado físico de dichas reses", aseguran en su escrito.
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